El gesto de ponerse las manos sobre los ojos se usa con frecuencia como un gesto voluntario para tapar algo que no se desea ver. Se trata de un gesto común en los niños cuando están viendo un programa de televisión que los atemoriza y a la vez les causa fascinación. Cuando aparece una escena de miedo, rápidamente se cubren los ojos con las manos, aunque siempre dejan una pequeña rendija entre los dedos para ver qué es lo que está pasando.